06 Nov

Desde la caja de libros XX

por @librosfera

 

El texto de hoy apareció este pasado miércoles 2 de noviembre en catalán en el blog del Bib.Botó, el Grup de Treball de Biblioteques Infantils del COBDC (podeu fer click a l’enllaç si el voleu llegir aquest escrit en català; la traducció al castellà que reprodueixo avui aquí és meva). Este grupo de trabajo lo formamos bibliotecarias y auxiliares de biblioteca especializadas en público infantil y juvenil. Desde este grupo, organizamos tertulias, encuentros, jornadas, sesiones de formación; realizamos bibliografías, reseñas, ponencias; mantenemos una lista de distribución por correo electrónico que nos sirve para informarnos de actividades interesantes y, sobre todo, resolver dudas y no sentirnos tan solas en nuestras respectivas bibliotecas; y, de vez en cuando, intentamos hacer de altavoz de determinadas causas.

Sin más dilación, el texto que os dejo a continuación va de esto último. Gracias por leer y, si creéis que vale la pena, compartir.

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Hoy os queremos hablar de una biblioteca pública quizás no demasiado conocida por muchas de vosotras, igual que tampoco lo era para muchas de las integrantes del grupo de trabajo Bib.Botó que nos reunimos allí hace un par de semanas. Hablamos de la Biblioteca Artur Martorell, ubicada en la Plaça d’Espanya de Barcelona, y que forma parte del Institut Municipal d’Educació de Barcelona (IMEB), del cual depende.

La Biblioteca Artur Martorell se inauguró en 1953, aunque desde entonces ha estado situada en diferentes espacios hasta llegar a su ubicación actual. Se trata, como os comentábamos, de una biblioteca pública (es decir, que ofrece sus servicios gratuitamente a todas las usuarias que lo soliciten), pero especializada en temáticas relacionadas con la educación, la pedagogía, la biblioteconomía, los libros infantiles y juveniles, tanto de ficción como de conocimientos, la psicopedagogía, el fomento de la lectura, los libros de texto, etc… Es decir, todo tipo de documentos que puedan ser de interés para maestras, bibliotecarias, pedagogas, y otras profesionales del sector educativo. Dispone de un fondo de casi 78.000 documentos, donde están presentes tanto las últimas novedades como una impresionante colección histórica de gran valor patrimonial, una verdadera joya de la historia de la educación en la ciudad de Barcelona y de la literatura infantil y juvenil catalana y del resto del mundo.

Además de poner su fondo a disposición tanto de las personas como instituciones que lo soliciten, desde la Biblioteca Artur Martorell se da apoyo a la red de 77 bibliotecas escolares y 96 guarderías municipales de la ciudad de Barcelona, ayudando en la organización de las bibliotecas y proporcionando servicios de préstamo y asesoramiento a las profesionales encargadas de gestionarlas. La biblioteca organiza charlas, dispone de maletas temáticas y elabora materiales de apoyo como por ejemplo guías de lectura. Además, realiza un exhaustivo trabajo en la catalogación de los documentos de los que dispone, con un profundo análisis del contenido y una clasificación e indexación rigurosas, cosa que ha sido de gran utilidad para bibliotecarias de otras instituciones.

Desgraciadamente, se está dejando morir la Biblioteca Artur Martorell.

En el capítulo de personal, actualmente sólo trabajan dos personas, una de las cuales se encuentra con una baja de larga duración y no ha sido sustituida. Cuando se jubiló su última directora, no se nombró a nadie para que ocupara su cargo, pasando la dirección a depender del director de Promoción Educativa del IMEB (un cargo con dedicación no exclusiva a la biblioteca). En cuanto al horario, y después de varias reducciones, actualmente se limita a seis horas semanales, repartidas en dos mañanas (miércoles y viernes de 10 a 13 h). No se trata de un horario especialmente favorable para las profesionales de la educación, probablemente las usuarias que más partido podrían sacar de los servicios de la biblioteca.

No existe en Barcelona una biblioteca que disponga de un fondo público tan interesante y necesario para el mundo educativo como el de la Biblioteca Artur Martorell. El fondo de libros infantiles y juveniles puede que se encuentre repartido entre las bibliotecas públicas de la ciudad, y el fondo especializado en bibliotecas que no son de acceso público y universal como pueden ser la de Rosa Sensat o la de la facultad de magisterio de la UB. Nos duele ver cómo esta biblioteca de bibliotecas es olvidada y maltratada por las instituciones, empezando por las propias responsables del IMEB, en lugar de ser promovida como un recurso de gran valor, especialmente si tenemos en cuenta la situación más que precaria de las bibliotecas escolares.

Hace años que el lema que defendemos muchas profesionales del mundo de la lectura y la infancia, que la biblioteca debe ser el corazón de la escuela y que la lectura es el pilar de la educación, sólo se ve apoyado por campañas políticas, puntuales, efectistas y realizadas con vistas a la publicidad fácil y resultona, sin voluntad de permanecer, sin poso y a menudo con bastante poco criterio por no decir ni uno sólo (sobre la última, “cumples seis años, escoge un ligro”, os recomendamos la lectura de este reciente artículo de Bel Olid). En cambio, recursos como la Biblioteca Artur Martorell permanecen olvidados. Se excusarán en las estadísticas de uso para demostrar que la biblioteca ya no es útil, pero sólo es necesario ver que la falta de personal, de difusión y de horas de apertura, todo responsabilidad institucional, han ido minando el equipamiento y son las únicas causantes de su poco uso.

Desde el grupo de trabajo Bib.Botó queremos apoyar a la Biblioteca Artur Martorell, y aprovechamos esta ocasión para invitar a toda la comunidad bibliotecaria y educativa a sumarse a este apoyo ante el riesgo, muy real, de que este espacio de documentación y conocimiento se empobrezca todavía más hasta que sea inevitable su desaparición.

 

 

 

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