Desde la caja de libros XXIV
por @librosfera
Hace un par de semanas, un artículo de tendencias nos hacía arrugar la nariz a un buen puñado de bibliotecarias. No es para menos.
13 cárdigans no aptos para bibliotecarias anticuadas
No es ningún secreto que los cárdigans tienen una reputación un poco mala. Con tan solo mencionarlos tienden a evocar inmediatamente las comparaciones con abuelas y bibliotecarias, pero si nos preguntas a nosotras, nos parece injusto seguir pensando así en 2016.
Exacto.
“Nos parece injusto seguir pensando así en 2016.”
Y cuando decimos “así”, queremos decir ASÍ:
A la izquierda las putas; a la derecha las monjas. Fuente: Google Images
No somos la única profesión con estereotipos, por supuesto. Solidaridad con los bomberos que no están especialmente macizos y con las secretarias que no se la chupan al jefe debajo de la mesa del despacho. Y tampoco es curioso que las bibliotecarias nos movamos entre los dos polos: el de la mujer reprimida, anticuada y tirando a monjil; y el de la liberada y abiertamente sexual. Puta, madre, monja, esposa. La mujer siempre vista en relación con el papel que juega en la vida del hombre.
Pues bien.
No se sorprendan si, en su próxima visita a una biblioteca (seguro que la primera en mucho tiempo), el panorama que se encuentran es más bien el siguiente:
A la izquierda las… no, espera, arriba… a ver, déjame pensar… hum… ¿Me das una pista? Fuente: http://librarianwardrobe.com/
Mujeres y hombres, de izquierdas y de derechas, gays y heteros, liberadas y recatados, alegres y amargados, estrictas y tolerantes, bordes y amables (o según el día o entre una cosa y la otra)… y creo que todas las bibliotecarias hoy en día somos conscientes de la existencia de las lentillas.
Así SÍ es vuestra bibliotecaria.
PS: Si alguien sabe dónde venden los anillos de gato, que pase por los comentarios. Gracias.
MAgnífico!!
😉