1979 Hey Hey, My My (Into the Black), Neil Young
por Javier Avilés
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por Javier Avilés
Aquí tenemos un par de problemas.
Elvis había muerto hacía poco. Y Curtis. Y Sid Vicious. El rey ha muerto, dice Young, y luego pregunta “¿Es esta la historia de Johnny Rotten?”. Bueno, ahí está la cuestión. ¿Rotten murió?, quizás, pero la persona que lo interpretaba no. John Lydon debe seguir por ahí tocando los cojones. ¿Confundió Young a Vicious con Rotten? ¿O se trata de una clave que se nos escapa? Así pues, nos enfrentamos a un dilema a la hora de interpretar la canción de Young. Y recordemos que es muy importante el hecho de que incluyese dos versiones, una como una balada, otra con guitarras desgarradoras, de la misma canción, aunque no es la misma canción. My My, Hey Hey (Out Of The Blue) y Hey Hey, My My (Into the Black).
MMHH Rock and roll is here to stay. It’s better to burn out than to fade away.
HHMM Rock and roll can never die. It’s better to burn out ’cause rust never sleeps.
El Rock and roll ha venido para quedarse y no puede morir. Pero nosotros sí. Es mejor quemarse que apagarse lentamente, es mejor quemarse ya que el óxido nunca duerme. It’s better to burn out than to fade away, dejó escrito Kurt Kobain en su nota de suicidio, Live fast, die young, leave a good-looking corpse, frases hechas que no significan nada de tanto usarlas, a no ser que tengas el cañón de una escopeta en la boca. Pero así no conseguirás dejar un bonito cadáver, idiota. El rey ha muerto pero no ha sido olvidado. Muchos reyes han muerto y no han sido olvidados precisamente por haber muerto. Entonces, ¿por qué Johnny Rotten? ¿Y por qué primero (MMHH) afirma que Rotten ha muerto y después (HHMM) lo pregunta?
El segundo problema se refiere al significado de “Out of the blue and into the black”. Unos lo interpretan como “apareciste de repente y desapareciste de la misma manera”. Otros se refieren a un término usado por las tropas estadounidenses en Vietnam al introducirse en los túneles del vietcong. Dejando el azul del día por la oscuridad del subterráneo. Podría interpretarse también como escapar de la depresión (blue) para caer en la desesperación (black). ¿Es esta la historia de Johnny Rotten o es la del óxido que nunca duerme? Te lo voy a decir. Es la historia del kippel, que crece cuando nadie mira. Es la historia de la piel escamada que se desprende, de los pelos que perdemos, del polvo que flota en ambiente, del moho que crece en los alimentos, del óxido que nunca duerme y que corroe nuestra vida. Es la historia de los objetos inútiles, de las cartas de propaganda, de las cajas de cerillas vacías, de las revistas atrasadas, de las cajas de medicamentos con tres pastillas que no sabemos para qué son y, sobre todo, de las canciones antiguas que habíamos olvidado. Out of the blue and into the black, fuera de la vida real, dentro del desastre, lejos del orden, atrapados en la entropía sin memoria. Luz y oscuridad. Entonces la oscuridad se hizo y mi cara salpicó el cielo, dijo. Y dijo también: Acuérdate de mí como aquel del que nunca hubieras pensado que se esfumaría tan joven y con tanto por hacer. Y de nuevo la duda, ¿le explota el fusil o es alcanzado por una bala enemiga? La cuestión es que muere joven, de nuevo, otro más. Alimento para el kippel. Y el disco sigue y volvemos al principio. Hey Hey, My My (Into the Black). Fin. De la vida a la muerte. Dentro de la negritud, de la nada. Y la aguja se queda girando al final del disco en una espiral (una única espiral que conduce de la vida a la muerte) sin final ni continuidad. Estamos indefensos, indefensos, indefensos. Azules, ventanas azules tras las estrellas, fuera del azul, dentro del negro y todos indefensos.
Creo que tenemos un problema más. ¿Estás seguro de que ese trasto graba adecuadamente?