Desde la caja de libros LXXX
por @librosfera
NO COMPITEN, SE COMPLEMENTAN
[Traducción/Adaptación del artículo “Complement, not Compete”, publicado en uno de los blogs de Library Journal bajo el seudónimo de “Annoyed Librarian” en diciembre de 2017. Encontrado gracias a Evelio Martínez.]
Recientemente ha circulado entre colegas bibliotecarixs un artículo/lista sobre por qué las bibliotecas siguen siendo mejores que Internet. Se trata de una lista interesante aunque bastante cuestionable que en realidad se debería llamar “por qué las bibliotecas son mejores que Internet si Internet no fuese una plataforma neutral en la que compartir información.”
En la lista se menciona por ejemplo que “Las bibliotecas son espacios seguros.” La idea detrás de esta frase es que las bibliotecas son espacios más seguros para intercambiar ideas con extrañxs sin correr el riesgo de que alguien te llame nazi. Una cosa que sí hacen las bibliotecas es restringir el número de personas de las que puedes aprender y su procedencia geográfica. Sin embargo, Internet es un lugar seguro si no interactúas en ningún momento con extraños, algo que sería recomendable que no hicieras.
“Las bibliotecas respetan la historia”, dicen, porque tienen colecciones estables, no hay enlaces rotos, etc. Este motivo parece un poco hipócrita. Las bibliotecas son entidades con un presupuesto, en las que trabajan seres humanos que han recibido formación sobre cómo construir una colección de documentos en diferentes formatos que sea valiosa. Internet, en cambio, es sólo una plataforma en la que compartir información. Por ejemplo, aunque una de las grandes ventajas sobre los libros, tal y como menciona el artículo, es su longevidad, no es justo decir que los libros respetan o no respetan la historia. Tan sólo son un medio. Si no hubiera gente detrás de Internet, no habría ningún tipo de información en Internet. Además, las bibliotecas sí tienen un equivalente a los enlaces rotos. Hay por ahí una página web muy divertida con fotos de libros REALMENTE desfasados que todavía están en circulación en algunas bibliotecas.
La lista continúa: “Lxs bibliotecarixs digitalizan influyentes fuentes de información primaria,” de nuevo una comparación un tanto injusta, ya que lxs bibliotecarixs son personas que pueden hacer cosas mientras que Internet no lo es. Hay un intento de advertirnos de que “Internet es la plataforma que permite este progreso, pero lxs bibliotecarixs son quienes están trabajando en ello.” Ya, claro. Es como decir que el libro es la plataforma que permite que suceda el acto de leer, pero que lxs escritorxs hacen todo el trabajo. Pero nadie compara el acto de escribir, como una actividad, con la idea del libro como medio de comunicación. ¿Podrían las bibliotecas realmente ser mejor que algo si no pudieran hacer eso que las hace ser mejores sin la existencia de ese algo?
Otros argumentos son similares, como “lxs bibliotecarixs son líderes en promover el acceso a información académica” o “lxs bibliotecarixs publican.” ¿Y cómo lo hacen? A través de Internet. Es así: las bibliotecas no son mejores que Internet, porque sin Internet no podrían hacer las cosas que supuestamente las hacen ser mejores.
Una manera de distinguir las bibliotecas de Internet es centrándose en el aspecto físico. “Las bibliotecas ofrecen makerspaces” sería un buen ejemplo. Una entidad cuya única presencia física son habitaciones llenas de servidores y cables no puede ofrecer ese tipo de servicios. Bien jugado, bibliotecas.
Y después está el trabajo intelectual de lxs bibliotecarixs, que debería ser superior al de un medio de comunicación que no tiene intelecto: “lxs bibliotecarixs pueden ayudarte a diferenciar las noticias reales de las falsas.” Lxs bibliotecarixs PUEDEN ayudarte con eso, es cierto. Pero obviamente a nadie le importa, y la gente que está encerrada en sus burbujas de información y que se cree cualquier rumor que se les cruza no tiene intención de salir para contrastar sus fuentes de información con lxs bibliotecarixs.
También es cierto que “lxs bibliotecarixs pueden guiarte exactamente a aquello que necesitas”, pero esa guía en parte puede implicar ayudarte a usar mejor Google, y eso es información que proviene de Internet. Por supuesto el artículo presupone que lxs bibliotecarixs son mejores que la mayoría de las personas en encontrar información, y desde luego te ayudan a encontrar información que no está disponible en Internet, aunque tú no te molestarías en buscarla. De nuevo, bien jugado.
Otra mala comparación: “lxs bibliotecarixs no guardan información sobre tu historial de lecturas o de búsquedas para venderte cosas.” Inmediatamente después, el artículo menciona a Amazon, a pesar de que Amazon no es Internet. Se trata de una gran comparación Amazon vs. Bibliotecas, aunque las bibliotecas sólo tienen una ventaja más frente a Amazon, y es que son gratis. Las grandes empresas guardan toda la información que pueden sobre tus actividades online, pero no es “Internet” quien lo hace. “Internet” no hace nada. “Lxs bibliotecarixs no censuran.” Tampoco lo hace Internet. Repetimos: Internet es sólo una plataforma controlada por personas, y son esas personas las que pueden (y efectivamente, lo hacen) censurar.
Sospecho que la mayoría de artículos de este estilo de los últimos 15-20 años son leídos principalmente por bibliotecarixs que necesitan una ayuda con la autoestima. De ahí el lugar en el que fue originalmente publicado [una revista dirigida a profesionales de las bibliotecas de los Estados Unidos]. Pero para dar seguridad a lxs bibliotecarixs, las comparaciones no tienen que ser malas. Las bibliotecas e Internet no compiten las unas contra la otra, sino que se complementan, y es por eso que, cuando se hacen, las comparaciones siempre acaban siendo forzadas.
Parece que, ya que hay tanta gente ignorante que cree que bibliotecas e Internet pueden compararse porque hacen lo mismo, y que Internet ha dejado obsoletas a las bibliotecas, tendremos que ir allá donde se encuentran esxs ignorantes para desmentir esa creencia: a Internet.