Corrosión, Cap. 41. Final
por Dioni Porta
Hasta aquí llega esta no-novela por fascículos que ha sido Corrosión y no puedo dejar de preguntarme cómo acabar con lo que no tiene final. Se trata de una duda moral pero también de una incertidumbre analítica: ¿tiene lógica escribir el epílogo de lo que ha presumido de su ausencia de forma? Podría haberme respondido que no tenía sentido y dedicar este último capítulo a Harold Bloom y su El canon occidental. Pondría el acento en las más de cincuenta páginas que el crítico dedica a refutar (o refunfuñar) contra los anticanonizadores, aquellos que él denomina miembros de la Escuela del Resentimiento, recogiendo algunos de los sorprendentes brochazos que Bloom dedica a sus enemigos, como, por ejemplo que “la originalidad se convierte en el equivalente literario de términos como empresa individual, confianza en uno mismo y competencia, que no alegran los corazones de feministas, afrocentristas, marxistas, neohistoricistas inspirados por Foucault o deconstructivistas” o “la chusma académica que pretende relacionar el estudio de la literatura con la búsqueda de un cambio social”. Con eso, y alguna andanza del impenetrable Pepe habría sido suficiente para despedirme dignamente de Rosita para siempre, pero, no he podido resistirme a dar una silueta de final a todo esto; será que nuestra mente necesita de las formas de la despedida —por ridículas que nos parezcan— para recordar y convencerse de que algo se ha acabado. Leer más →