06 Abr

Adónde se van las cosas

per Jean Murdock

Hasta ahora he tratado de dilucidar de dónde vienen las cosas. Por eso sé que es tan difícil saber de dónde vienen como averiguar adónde van. No es de extrañar. Si a uno le llega algo que no sabe de dónde ha salido es muy probable que le llegue de alguien que no supo adónde se fue.

Ya os he hablado de la Caldera del Diablo, esa cascada que se bifurca y uno de sus ramales se pierde en lo profundo del suelo y nadie sabe adónde va su agua ni las cosas que arrastra con ella. En Los hombres sin hueso, de Gerald Kersh, Yeoward dice: La Tierra suele tragarse cosas y vomitarlas después. Esta es una región volcánica. Un pequeño corrimiento de tierra puede bastar para engullirse una ciudad, y un movimiento peristáltico de las entrañas de la Tierra puede sacarla de nuevo a la luz un millón de años más tarde. Leer más

02 Feb

El limón

per Jean Murdock

El limón es fácil decir que viene del limonero, aunque a veces se confunda con el árbol, como en Mi limón, mi limonero, entero me gusta más, un inglés dijo yeah, yeah, y un francés dijo , là, a lo cual no se le puede sacar más jugo. Pero no, el limón es un periódico francés. De hecho, son dos, el Limón y el Limón Diplomatique. Se llaman así porque sus noticias no salen siempre al gusto de todos y algunas son amargas como cuando te tiran un limón y te dan en tó la frente, o como el limón de la copla: De tu bentana [sic] a la mía, me tirastes [sic] un limón; el limón cayó en el suelo y el agrio, en mi corazón. Sin ir más lejos y en palabras de Miguel Hernández: Me tiraste un limón, y tan amargo, con una mano cálida, y tan pura, que no menoscabó su arquitectura y probé su amargura sin embargo… El acervo chino contiene no pocos poemas al limón, aunque son más los que dedica al pomelo. El pomelo es un híbrido entre la naranja dulce y la pampelmusa —pampelmusa, qué nombre, hay que decirlo—. La pampelmusa se llama también limonzón o pomelo chino, así que supongo que por eso le dedican más versos —pese a ser prácticamente lo contrario, patria y poesía se confunden a menudo—. Luego está el limoncello, que es un híbrido entre limón y cachelo —que por algo las pizzerías lo regalan en la sobremesa para acompañar la patata cotta—. El limón, el limonero, también es un híbrido entero: entre cidro y naranjo amargo. Otro nombre del cidro es limón francés, de ahí que la poesía dedicada al limón sea más triste y afrancesada pero espabile mucho —no en vano se usa el citron de anticoagulante—. A diferencia del español, donde se equipara la cabeza a un melón, en francés uno se exprime el limón. No se entiende que Napoleón no llegara a dominar limón con la cabeza tan grande que tenía. Como pasa con el cerdo, del limón se aprovecha todo, y no hay bizcocho que se precie sin su raspadurita de limón. Pero, como hacemos con todo, siempre lo echamos a perder. Solo cabe despedirse con las amargas palabras de Flaubert, que era muy listo: Ça m’étonnerait: limón va devenir bougrement bête. D’ici à longtemps ce sera bien ennuyeux.

 

19 Ene

El otro conducto

per Jean Murdock

El otro conducto viene del mismo lugar donde se acumulan los bolis de Douglas Adams, las tapas de los tápers y los calcetines que se pierden en la lavadora —nunca he entendido que la gente lave ahí los tápers—, y, en general, todo el tiempo perdido de Proust. Hay quien sostiene que está en la Caldera del Diablo, en Minnesota, y que es el conducto que se pierde tras la bifurcación de la cascada, de lo cual se extrae que «el otro conducto» es probablemente el Infierno. Otros creen que es por donde Cela absorbía los dos litros de agua en realidad. La teoría de las cuerdas lo ubica entre la espada y la pared, aunque en inglés suele estar invariablemente entre una roca y un sitio duro o entre el Diablo y el profundo mar azul, lo cual nos devuelve al Infierno. Cuando llaman a casa, es donde se esconden los autónomos, pero si traen una carta certificada es donde se la mete el cartero. También es donde acaban los presupuestos de lo social en los gobiernos y adonde va el pelo de peluquería el día después. Entre las cosas que se van por el otro conducto se cuentan los gases no expelidos, las cosas que no se dicen y lo que ibas a comprar al súper cuando te traes de todo menos eso; los objetos perdidos, las noches sin dormir, el tren que se te escapa, lo que te confiscan en el aeropuerto, la comida que te comes para que otros no pasen hambre, los libros descatalogados, aquel famoso que creías que ya estaba muerto, los dientes de leche, l’esprit de l’escalier, la raya planchada, los propósitos de fin de año, los agujeros negros, todo lo que llevaba gluten y la toalla de Douglas Adams —sus bolis no; sus bolis están en su tumba—. Pero saber —saber— de dónde viene: no se sabe.

 

03 Nov

La literatura

per Jean Murdock

Según García Márquez, la literatura viene de Jonás, quien se la inventó cuando contó a su mujer que llegaba con tres días de retraso porque se lo había tragado una ballena. Según Bukowski, solo existe la literadura. Gertrude Stein dijo que la literatura la literatura la literatura. Luego llegó Joyce y añadió que la literamepicaelescrototuraesalgometengoquerascarqueWoolfhizomejor. Para Oscar venía del lado Wilde de la vida. Umbral no aclaró nada porque solo quiso hablar de su libro y King dijo que el fin justifica los miedos. En mi opinión, Sharp Wilt live forever y la respuesta es 42, pero para Kafka era el hacha que partía en dos el mar de hielo que llevamos dentro —y que Sarah se encontró hecho Waters—. A Cela le pareció que consistía en absorber agua por el ano; cuando Juan Ramón lo vio —Juan Ramón era un adelantado— dijo que todo sabía a beso menos eso. A Salinger le hubiera encantado explicarlo pero no le apetecía. Para Shirley Jackson, era una lotería. Para Shakespeare, era él. En opinión de Pessoa, la literatura es la forma más agradable de ignorar la vida y según Wodehouse, la fundación de los mejores amigos. Chesterton dijo que la literatura era un lujo y la ficción, una necesidad —dando así rienda suelta a la escatología—. Austen sostuvo que era una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero y poseedor de una gran fortuna lo que necesitaba era un libro —de ahí el Kamasutra. Murakami Nobel día de hablar de ello en su discurso de agradecimiento. Karl Ove afirma que la literatura es su padre y Christopher Marlowe, que él es Elena Ferrante. Mario Vargas no osa, i Donna diu que això ja li agafa molt Tartt. A juicio de Elizabeth Gaskell, hay una dama en Cranford sin dientes bajo el velo; la literatura consiste, precisamente, en tapar una boca con velo para revelar que no tiene dientes. Lo de Brönte es mejor que lo vean. Yo creo que la literatura no te hace mejor ni peor, pero te acompaña mucho, por eso me figuro que viene de la soledad.

20 Oct

El chóped

per Jean Murdock

El chóped es un misterio charcutero que tanto se llama chope como chópped o chóper, y hasta chopen, por eso hay gente que llama igual a la mortadela que a Frédéric François. Ponme cien gramos de mazurcas de chopen y no me toques los bemoles, Loles, se oye a menudo en la charcutería, o Ahora viene cuando Alicia Laderrocha y toca la mortadela de Chopen como nadie la toca. Cosas así, y aun mejores, he oído yo en el Liceo, que es un delicatesos de mi barrio. La confusión —y en estos casos la confusión lo confunde todo— viene de que chóped viene de chopped pork, que en inglés significa «cerdo picado, cortado, troceado». Vamos, una mortadela en toda regla. Pero como aquí somos mucho de sustantivar adjetivos, sobre todo cuando no sabemos cuál es cuál, pues tomamos la parte por el todo y cortamos por lo sano, es decir, que llamamos «cortado» al «cerdo» y nos quedamos más anchos que largos. Así que lo que hoy pedimos al comprar el embutido es un cortado en vez de una mortadela. Yo digo que igual nos faltó café cuando lo tradujimos. Lo malo es que se ha extendido a otros ámbitos y ahora hay quien habla hasta de personal choper (o chóped), que es como una mortadela que te hace las compras. También hay gente que no conduce porque tiene chóper. Y luego aparte está el mystery choper, que es un falso cliente que acude a los bares para poner a prueba a los camareros, pero por lo general se le ve el plumero porque, como está de servicio, pide un cortado.

22 Sep

¿De dónde venimos y adónde vamos?

per Jean Murdock

La tradición ovoide sugiere que el espacio es oscuro porque el universo que habitamos ocupa un agujero negro, que ese agujero es la cloaca gallinácea, es decir, el lugar de donde sale el huevo, y que, por lo tanto, la gallina fue primero.

Según esta corriente, el resto de la gallina —lo que queda fuera de su recto— es el metauniverso, obviamente galliforme y de un blanco que nos trasciende y se nos niega, como se nos niega la verdad; un blanco cegador que, si lo viéramos por completo, moriríamos fulminados, porque sería como ver a Dios, y Dios, si de verdad existe, cuando lo ves, te mata —en esto coinciden todas las teorías, si bien sus postulantes siempre han preferido mirar hacia otro lado antes que confirmarlo—. Leer más

22 Abr

La samosa

per Jean Murdock

La samosa viene de la India. No en vano India es samosa por su cocina. También se da en el Tíbet y en Pakistán. De hecho, el triángulo que dibujan estos territorios en el mapa es lo que da a la samosa su célebre —aunque equívoca— forma triangular. Y digo equívoca porque no es raro que en ciertos restaurantes confundan la samosa con el wanton, lo cual, aunque tenga ton, no tiene son.

Otras cosas con las que se confunde la samosa son la empanadilla —cuyo nombre justifica el error—, la croqueta, que es tan nuestra, y la chapuza, que no lo es menos. Cuando pasa esto último, la samosa suele llegar en forma de tetraedro, pero eso se arregla con el masala —masala derecha, masala izquierda, siempre queda como nueva—.

La samosa se hace con harina de trigo o de maida, que es una harina sin salvado. Pero, bueno, qué maida, si hoy seguro que hasta se hacen sin harina y sin nada, que si por algo es famosa la cocina moderna es porque todo se hace con cualquier cosa que no lleve lo que debería llevar lo que se hace. Y, digo yo, Punyab puestos, llamemos a las cosas por su nombre, que yo ya he visto hasta tortilla sin huevos ni trazas de serlo. ¿Y Pakistán los nombres si no para usarlos? Pero nada, mientras el dalái lama, nosotros tragaremos. Vamos, que nos da igual ocho que ochenta y samosa que croqueta.

Samosa es, por otro lado, un conocido tema del repertorio de la tuna, institución en peligro de extinción, aunque no a lo Monterrosso, es decir, que sigue ahí aunque no te despiertes porque no te ha dejado dormir. No puedo quitar los ojos de samosa han sido, con razón, las últimas palabras de más de un tuno. Téngase a bien compararlas con el No pica, no pica de ciertos cocineros hindúes. Garam, algú ho havia de dir!

 

08 Abr

El cacao

per Jean Murdock

Hablar del origen del cacao es hablar del origen mismo del mundo, ya que: AL PRINCIPIO DE TODO FUE EL CACAO. Luego ya la cosa derivó en marrón. Pero al principio fue el cacao, de ahí la materia oscura y los agujeros negros. Todo apunta a un color, el color del cacao, heraldo de lo pardo.

Fijémonos, por ejemplo, en su etimología, del nahuatlismo cacáhuatl, raíz que no por casualidad comparte con «cacahuete». Esto enmaraña por completo los textos de cronistas como Bartolomé de las Casas, que a veces no sabemos si habla, efectivamente, de «cacao» o de «cacahuete». Por otro lado, nos brinda la clave más antigua documentada de la teoría darwinista, pues confirma que, además del cacao, venimos del mono; el cacahuete es la prueba incontestable. Cacahuete, cacao, mono, maní, todo es uno y lo mismo. Leer más

11 Mar

La mozzarella de búfala

per Jean Murdock

La mozzarella de búfala se caza en libertad, que viene a ser siempre la del cazador, o al menos se ignora hasta el momento la existencia de una búfala que haya dado la libertad de hacerlo, lo cual no es de extrañar, pues, como indica su nombre, se trata de SU mozzarella.

El mejor modo de acercarse a una búfala para quitarle la mozzarella es bufándola. De hecho, esta táctica fue la que dio nombre al queso. En la noche de los tiempos, junto al horno de piedra abovedado ahíto de ardiente leña, un napolitano se sorprendió acuciado por un deseo irrefrenable de mozzarella porque quería hacer pizza. Sin pensárselo dos veces, dejó la masa en el horno con la mamma y salió al campo tras una búfala, que entonces tampoco tenía nombre. Sus primos lo acompañaron –empujados por el clásico vínculo sanguíneo a la italiana y, cabe decirlo, porque también querían pizza–, y lo arengaron con gritos de: «¡Búfala, búfala!». Y es que, cuando bufas a una búfala, esta no tiene más remedio que soltar la mozzarella para cubrirse la cara con las patas delanteras, pues le resulta harto desagradable el aliento ajeno en el hocico. Ahí es cuando hay que agacharse, coger la mozzarella y echar a correr. Luego está muy buena. Al pertenecer a la búfala de agua, hay que tenerla siempre en líquido.[1]

La mozzarella debe tomarse con mesura, pues el abuso de calcio produce cálculos renales. Buffalo Bill murió de una dolencia nefrítica. ¿Casualidad?

Cuando Carol y Therese salen de viaje llevan unos sándwiches que les ha preparado la madre de Richard. También hay encurtidos al eneldo, mozzarella y un par de huevos duros. Therese ha comprado una cerveza pero no la puede abrir porque no pidió abridor. La deja en el suelo del asiento de atrás. Días después esa cerveza reaparecerá rodando bajo el asiento delantero. La búfala se lleva las manos a la cabeza pensando en ella. Alguien debería abrir esa cerveza.

 

[1] Al volver también tuvieron que bufar a la mamma; llevaba demasiado tiempo en el horno con la masa.

 

11 Feb

Los calamares

per Jean Murdock

Lo de los calamares es muy complejo. Hay calamares en el mar tan profundo que solo han podido imaginarse. Ni siquiera sabríamos que existen si no fuera por Verne y por varios científicos que no se ponen de acuerdo. Pero bueno, los que tú te comes vienen de la lata, como las sardinas, pero de otra, para no ensuciarlas de tinta. La tinta puede ser la suya o americana, que en ese caso es prestada. Como es prestada, a veces te encuentras algún pelo en la solapa, de ahí la expresión «pelillos calamar», que es como para decir que algo no importa, aunque es mentira, porque a nadie le gusta encontrarse un pelo en la comida, y menos de una americana prestada, que vete tú a saber quién se la ha puesto. Leer más