La cerveza
por Jean Murdock @CgAjeanmurdock
Fill with mingled cream and amber,
I will drain that glass again.
Such hilarious visions clamber
Through the chamber of my brain —
Quaintest thoughts — queerest fancies
Come to life and fade away;
What care I how time advances?
I am drinking ale today.
Edgar Allan Poe
La cerveza viene del bar y se va directa a la cabeza. Bueno, y a la barriga, de ahí la expresión «barriga cervecera», que en alemán quiere decir dos cañas, s’il vous plaît, y eso porque los alemanes celebran la Oktoberfest en septiembre, pese a su nombre, lo cual da una ligera idea de cómo van ya por esas fechas, así que cómo les vas a pedir que se les entienda. Como la Oktoberfest es la gran fiesta de la cerveza, se bebe una cosa bávara. Si esos días viajas a Múnich y tienes buena Estrella, allí los que van a Moritz te saludan, Mahou menos bien según lo que hayan consumido. Excuso decir que antes –eso sí– se encomiendan religiosamente a San Miguel, que es el santo patrón de Cruzcampo, un pueblo al sur del barril más cercano, casi tocando a la Alhambra. Pero luego se entregan a beber al Sol como si no hubiera un mañana, ¡y Amstel muerta que sin birra! Y ya se sabe que, cuando la gente bebe, se Coronita de gloria, y encima se cree que nadie cebada cuenta, pero la mayoría pilla un pedal que levadura dos días. De modo que, recuerda: si bebes no cruces en Ámbar. Si lo has entendido todo, eres un Águila.