El cacao
per Jean Murdock
Hablar del origen del cacao es hablar del origen mismo del mundo, ya que: AL PRINCIPIO DE TODO FUE EL CACAO. Luego ya la cosa derivó en marrón. Pero al principio fue el cacao, de ahí la materia oscura y los agujeros negros. Todo apunta a un color, el color del cacao, heraldo de lo pardo.
Fijémonos, por ejemplo, en su etimología, del nahuatlismo cacáhuatl, raíz que no por casualidad comparte con «cacahuete». Esto enmaraña por completo los textos de cronistas como Bartolomé de las Casas, que a veces no sabemos si habla, efectivamente, de «cacao» o de «cacahuete». Por otro lado, nos brinda la clave más antigua documentada de la teoría darwinista, pues confirma que, además del cacao, venimos del mono; el cacahuete es la prueba incontestable. Cacahuete, cacao, mono, maní, todo es uno y lo mismo.
Para corroborar que todo es un cacao, tomemos, por ejemplo, el término «maní». En principio procede del taíno, teoría basada en el único texto que se conserva escrito en dicha lengua. Este alude a un supuesto banquete real frustrado del que poco más se sabe y que reza: «Maninvitao pero taíno hemos llegao». Sin embargo, hay quien cree que deriva del guaraní, donde «maní» se llama «manduví» —que, por si no hubiera ya bastante confusión, hay quien escribe con «b»—. Los que abogan por este segundo origen se apoyan en la existencia —de otro modo inexplicable— de expresiones populares como «Manduví con cuidao de no meterme en un cacao» o «Maniria molt bé una mica de cacao», o incluso en el coloquialismo «Manises cuánto es y te lo pago luego», que siempre da pie, por cierto, a todo tipo de follones. Ya lo veis, son todo frases tan distintas y sin embargo tan cercanas como el hombre y el mono.
Volviendo por un momento al mono, el último coloquialismo citado en el párrafo anterior suele aflorar con la tercera copita de anís del mono, que, cabe señalar, según los expertos se llamó al principio «manís» del mono, pero la «m» se perdió hacia la misma época en que el pulgar oponible nos permitió asir una botella con una sola mano, lo cual, si uno se para a pensar, es perfectamente verosimio.
Por último, el cacao da brillo a los labios y nombre a esa teoría de la mariposa que bate sus alas y levanta un vendaval que lo deja todo hecho un Big Bang. Se puede moler y calentar. Si se hace tableta, es chocolate, y si quieres también se bate. (Del chocolate se ha debatido mucho; es un cacao.) Y si se hace polvo se llama cocoa, lo cual viene a confirmar la teoría de que todo esto es un cacao.