2007 Rest My Chemistry, Interpol
por Javier Avilés
[Ruido de engranajes]
(…)
¿Nunca dices nada al principio de la grabación? No sé… ¿la fecha, un número? Empiezo a sospechar que ni siquiera escuchas las cintas cuando llegas a casa. Quizás siempre esté hablando en la misma cinta, borrando lo anteriormente grabado. Intento sonsacarte alguna cosa pero tú no me das nada. Ni siquiera sé para que estamos haciendo esto. Solo sé que dices ser periodista y que quieres que hable ante este aparato para no-sé-qué. Dime una cosa, ¿estudiáis periodismo porque sois malos en ciencias y malos en arte, por ejemplo? ¿Malos en general en cualquier asignatura? [risa] Joder, chaval. Deja de poner esa cara. Dale un respiro a tu química. Sea lo que sea que tomas, déjalo por un tiempo. Y si no tomas nada quizás debas replanteártelo. ¿Es eso? ¿Quieres algo? Tengo polvos blancos. Pastillas azules y rojas. Líquidos fosforescentes. ¿No? Mejor… o peor, ya no sé qué pensar de ti. Tampoco es que me importe demasiado, pero ya son muchas semanas ante esta grabadora, hablando para no sé bien qué mierda de proyecto. Mírame. No he dormido en dos días, no me he bañado en nada que no sea sudor. Es posible que haya montado escenas y hecho muchas cosas de las que me arrepiento. Pero eso es la vida, un continuo arrepentimiento. Las cosas son así por todas las cosas que he hecho con anterioridad. Y me arrepiento, y acepto las consecuencias. Porque, al menos, he actuado, con acierto o desafortunadamente. Pero he hecho algo. ¿Me quieres decir qué estás haciendo aquí? ¿Qué estamos haciendo? Dame un motivo para el que la semana que viene vuelva a abrirte la puerta, un motivo que apacigüe mi deseo de empujarte escaleras abajo ahora mismo y lanzar la grabadora por la ventana.
(…)
Pareces a esos que están cantando sobre dar un descanso a la química de su cuerpo mientras a su alrededor el mundo se desmorona. ¿No te parece curioso que todas nuestras crisis en el nuevo milenio tengan que ver con edificios? Edificios destruidos, edificios cuyos propietarios no podrán pagar ni en cinco vidas, edificios de cristal en las grandes ciudades donde se controla el flujo del dinero en una única dirección… como una marea que seca los pueblos, los suburbios, los barrios y se dirige imparable a través de cables de fibra óptica hacia los grandes edificios para luego desaparecer sin dejar rastro. Y mientras esa corriente nos agosta, dicen que deberían dejar de tomar tanta cocaína. Ergo, la pastilla roja, ¿o era la azul?, no funciona. No hay matrix, y la realidad que inventas a base de sustancias recreativas y combinación de acordes no sirve para ocultar la verdadera realidad. Te implantan la idea de matrix en la cabeza para que pienses que vives una realidad impostada pero lo único que quieren es que pienses en eso, porque cuando te das cuenta que la realidad es la única realidad no lo soportas. O no deberías soportarlo. Así que vamos a detener la ficción un momento. Los habitantes de los edificios de cristal dejan de tomar cocaína durante unos meses hasta que logran reajustar el flujo. Unos años más y volverán a alterar su química y volverán a vender edificios que nunca podrás pagar. Entonces la corriente continúa fluyendo hacia destinos con playas de finas arenas blancas. Y la corriente canta su canción, se propietario, poseer es la solución. Y en la riada que lo seca todo ves correr los polvos blancos, las armas, los medicamentos y los contratos inmobiliarios. Y lo jodido del caso es que la corriente no es líquida. Es intangible, invisible. Está formada por deudas, futuribles, subrogaciones y cientos de cosas similares y sin sentido. Pero es un non-sense devastador. ¿Sabes lo que pienso?, que todo esto es un plan muy bien organizado. Están secando el planeta porque saben que el sistema va a colapsar, porque saben que la devastación es imparable. Tienen prisa por destruir el planeta porque saben que es inevitable y quieren hacerlo ya porque así tendrán tiempo para disfrutar de los últimos días del edén en sus paraísos fiscales que van a convertir en auténticas fortalezas que las hordas de zombis desheredados, nosotros, no podrán asaltar nunca.
Eso si alguna vez nos decidimos a asaltar algo.
Pero ya te digo que cuando lo hagamos será tarde.
De momento demos un descanso a nuestra química.