El vino
por Jean Murdock @CgAjeanmurdock
El vino viene de donde vino, y por donde vino se va. Lo hay blanco, tinto, rosado y rancio, aunque el rosado no se puede decir que sea vino de verdad, y por eso no se come ni con carne ni pescado (¿con qué se come el vino rosado?). También lo hay seco, verde y peleón, como cualquier parroquiano de a pie, y al pan, pan, y albino, blanco. Del vino se hace el vinagre –porque vino abierto, vino muerto–, y el vinagre sirve para todo, pues es lo que se usaba cuando no había Coca-Cola, si bien gustaba menos porque no llevaba gas. El vino con gas se llama de aguja y, como toda aguja, tiene su punto, y punto es lo que pillas si bebes un poco de más. Si bebes mucho, el punto se convierte en globo, lo cual nos devuelve al tema del gas, porque, cuando bebes en exceso, todo vuelve al mismo punto, que es de donde vino y, por donde vino, se va.
En cuanto a sus virtudes, no hay mayor prueba de la falsedad del célebre in vino veritas que la arrogante afirmación balbucida con nocturnidad y febril insistencia: «Quita, quita, que yo controlo». Baudelaire dijo que había que estar siempre borracho, de vino, de poesía o de virtud. (A imitación de W. C. Fields, quien cocinaba con vino e incluso a veces lo añadía a la comida, yo lo he intentado con las tres cosas y solo me funciona la primera.) Para Hemingway el vino era uno de los logros más civilizados, entre los que él, a decir de Capote y Stein, no se contaba. Cuando el vino es tinto se confunde con la sangre, hecho que alegra la eucaristía sobremanera. Cuando es blanco, el problema es otro. Cuentan, por ejemplo, que una noche se reunieron Joyce y Ottocaro Weiss y bebieron un vino blanco suizo que se llamaba Fendant de Sion. Tras probarlo, Joyce acercó su copa medio vacía a la ventana para contemplarlo y preguntó a Weiss a qué le recordaba. Weiss dijo que a orina. Joyce contestó que era cierto, a orina, pero, en todo caso, a orina de una archiduquesa. Y con ese nombre consta el vino en Finnegans Wake[1]. Y colorín, colorado, ¿con qué se confunde el vino rosado?
[1] Bartlett’s Book of Anecdotes, Little, Brown and Company, 2000. Edición de Clifton Fadiman y André Bernard.