06 Mar

City Park

por Adrián Demichelis

Los penales contra los tachos… Tres tiros por veinte Australes y lo más cerca de la gloria que pudiste estar. Tu viejo te miraba, un par de curiosos y otros que esperaban sus turnos. Un arco chiquito, la marca en el pasto, las latas acomodadas como una pirámide egipcia y tus ganas de tumbarlas con un ejército invasor. El tipo del silbato te agarró la guita y te dijo “solo un paso de carrera nene…”, y vos aceptaste.

Acomodaste el cuerpo para la zurda, hiciste caso al reglamento, “solo un paso de carrera”, lo miraste a tu viejo y le pegaste lo más fuerte que le podías pegar con tus delgadas “patitas”. Le erraste a la luna. Ninguna lata al piso. Te quedaban dos tiros y mucha rabia y vergüenza en el corazón. Tu papá te dijo: “tranquilo y al medio”. Ese consejo te metió de nuevo en el partido. Te paraste frente a la pelota, respiraste profundo, te pareció que el espíritu de Comitas entraba en tu cuerpo y le pegaste al medio. Los 4 tachos volaron al carajo. Solo dos quedaron de pie, los del medio, los menos abollados. Casi, Casi. Te quedaba un tiro y unas locas historias de gloria que se armaban en tu pequeña cabecita. Te imaginaste los dos tarros por el aire y el abrazo de gol sobre la hora contra el pecho de tu viejo. Volviste a acomodar la ovalada número 5. La musiquita de Gabi, Fofo y Miliki del pochoclero se te metía por las orejas. Carrera, zurda, comba y un tacho que vuela… y  el otro que empieza a girar sobre su eje. Rezabas para adentro. ¡Cáete, la puta madre!, implorabas. La lata se movía de un lado para el otro. Vos también te zarandeabas de la misma manera, empujabas imaginariamente para que se cayera. El tarro quedó en pie y la chance de ganarte la pelota se esfumó en el tiro final. Te quedaste caliente como una pipa, nunca supiste perder, porque pocas veces pudiste ganar. Tu viejo te acaricio la cabeza y dijo para consolarte “tienen un truco para que nadie gane”. Te quería devolver la dignidad.

Después fuiste a la vuelta del mundo dos veces, al gusanito y el tren fantasma. Te metiste en la carpa en donde la mina se transformaba en gorila. Te llevaron a todos los juegos, pero vos… te quedaste en el  vaivén de la última lata, en el último penal.

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