07 Nov

un humorismo sin gracia alguna (o la disrupción)

por Sebastià Jovani

No resulta ninguna sorpresa afirmar que Artaud no pasará a la historia por su cultivo del humor. Sus diatribas caen del lado de una insania en todo caso (mal)humorada, son dentelladas de una fiereza notablemente grave a través de las cuales se expresa una rugosidad mental tan áspera como dislocada. Su proyecto poético (y corporal) es alocado, pero no humorístico. Sin embargo, en un breve y sorprendente texto que dedica a los hermanos Marx, Artaud analiza los hallazgos de esas películas en una clave que en el fondo es el gorgojeo de su propia aspiración  cinematográfica. Y con ella, la del cine entendido como una sucesión de imágenes disruptivas, un operativo catastrófico. Para Artaud el humor que destilan los hermanos Marx sólo puede ser cabalmente comprendido en su potente originalidad.

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