10 Oct

El debut

por Adrián Demichelis

El Flaco era un crack, un lírico, desde chiquito, desde que lo vi la primera vez en el campito de calle Comercio. Escuálido, puro hueso, pata larga, a primera vista no pagabas dos mangos por él. Si no lo conocías, lo elegías último en el pan y queso. Tenía pinta de traga y chupamedias, cara deabanderado para siempre, no daba el perfil de buen jugador de fútbol.  Pero cuando le tirabas la pelota le salía un gesto técnico, un instinto natural de ponerla debajo de la suela (desde pibe, siempre debajo de la suela), una cosa de locos: se paraba arriba de la bocha y desde ahí pispiabael mundo que nosotros no veíamos. Jugaba a dos toques como máximo, disfrutaba más tirando una pared que una gambeta, estaba pendiente de quién se movía delante, de pesquero, para meterle un pase de gol. El Flaco era un comunista del futbol, jugaba para los otros y con los otros.

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10 Oct

El pollo

por Jean Murdock  @CgAjeanmurdock

La pechuga de pollo viene de Porespán, concretamente en bandejas. Porespán es un país blanco y con plástico por encima, pero eso es porque siempre nieva y hay que taparlo. Como lo tapan cuando ya ha nevado un poco, se le queda el fondo blanco, pero con el plástico no entra más nieve. Desde que empieza a nevar hasta que se pone el plástico, es cuando se ponen las pechugas, todas las que quepan. Las que sobran, se rebozan para que no se apechuguen mucho. Si una pechuga se apechuga demasiado, le salen alas y patas y echa volar, pero sin pico, para huir en silencio. A partir de ahí, es una pechuga perdida. Cuando esto pasa, se mete en Porespán cualquier cosa: estofado de Amália Rodrigues, comida casera o sin gaseosa, pastel muy bonito de atún y todas esas cosas que ya sabes. Pero la pechuga que voló, esa ya no la encuentras.

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