23 Sep

Estrip art

 

granota

El temps de les papallones

per Ignasi Aragay

Pocs dies després de la sobtada mort del pare, sacsejada pel daltabaix, la mare va començar a notar presències estranyes. No la deixàvem mai sola. Una  sobretaula de setembre, a l’hora dels cafès, de sobte va demanar silenci. Tenia la mirada juganera, els ulls li giraven guiats per una papallona esgrogueïda i amb taques taronges que després de voleiar-li a tocar del front, va aturar-se damunt la seva mà immòbil. Movia graciosament les ales i ella somreia. Tots ens havíem quedat immòbils, conscients d’estar vivint l’instant abans d’un moment irrepetible, Era com si la mare estigués parlant amb la papallona. Quan aquesta es va enlairar de nou, algú, devia ser en Feliu, va voler saludar la màgia del moment, però amb el dit índex creuant els llavis, la mare va reclamar de continuar callats, a veure què feia la papallona. D’un en un ens va anar visitant a tots, posant-se suaument en una espatlla, ara en una orella i així successivament fins que aixecà el vol cap a l’olivar del darrera la casa, va fer alguna demostració d’habilitat acrobàtica i va desaparèixer, lleugera, etèria. Aleshores tos vam girar els ulls cap a la mare, a qui li queia una llàgrima i una altra, fins que plorava a raig, somrient. Quan es va recompondre, verbalitzà el que ja sospitàvem: “Era el pare que s’ha vingut a acomiadar de tots nosaltres’. Al vespre, un cop sols, em donà el que ella considerava la prova definitiva d’aquella visita màgica: ‘Ha anat col·locant-se damunt de tothom tret del Raul, a, qui, com saps, el pare no podia veure”.

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23 Sep

La java martienne, Boris Vian

piu_septiembre_la-java-martienne_coverBoris Vian (1920-1959) nació en Ville d’Avray y murió en París. Fue un niño enclenque, quebradizo, el “pupas” de la clase. De adulto fue miles de cosas, pero sobre todo fue muy Boris Vian, ¿a quién se le ocurriría cabrearse tanto hasta desencadenar un infarto y morir con 39? Sí, todo porque no le gustó una peli. En fin, patafísico, rey de los enredos gramaticales, antimilitarista y con un cancionero de más de 500 piezas bajo el brazo, Vian fue uno de esos cerebros brillantes que vivió poco, rápido y divirtiéndose con lo que hacía. Georges Brassens decía de él: “Llegará un día que el mundo cantará las canciones de Vian”.

C’est la java martienne
La java des amoureux
En fermant mes persiennes
Je revois tes trois grands yeux
Ça marse toujours, ça marse comme ça
Oui saturne à tour de bras
La java d’amour, martiale java
Que j’ai dansée dans tes bras
C’est la java martienne
La java des amoureux
Toutes tes mains dans les miennes
Je revois tes trois grands yeux

piu_septiembre_la-java-martienne_1Pongámonos en situación: la “java” o composición musical para ser bailada a tutiplén en París y alrededores. Se popularizó como expresión de astucia en los años 30, pero siempre fue un término estrechamente relacionado con la música ya que “conocer la java”, era “conocer la música” o “conocer la vida”. Vian fue uno de sus precursores y máximos representantes y cuenta en su haber con otra java mítica, la de las bombas atómicas. Cortázar también coqueteó con el género. En su momento, las javas fueron censuradas por ser consideradas impropias de gente civilizada.

Canción archiconocida del polifacético Boris Vian que allá por los 50, tras haber tonteado con el teatro, el jazz, la patafísica, la poesía y la novela, inicia una profunda relación con el mundo de la canción, pero no cualquier tipo de canción. No, no. Canción Ficción, ese fue el new black de la prosaica vida de Vian, y en esas nació La java martienne (1956) en un álbum llamado Paroles de Boris Vian y al que ponía música Alain Goraguer.

Fábula de gran humor envuelta en música y convertida en canción, La java martienne narra los amoríos de un terrícola enjuto con una marciana oronda de tres ojos que lo deja prendado y le roba el corazón. Al terrícola le llega su propio septiembre que lo devuelve de manera abrupta a la realidad, nuevo emplazamiento del amante de la marciana oronda a la que recrea incesantemente en sus sueños. La canción de un amor imposible pero innegable.

piu_septiembre_la-java-martienne_2La ilustradora suiza Mirjana Farkas se formó a caballo entre la Escola Massana y el taller de serigrafía Humbert Droz de Ginebra. Farkas rinde homenaje a la locuacidad de Boris Vian situando a los amantes en un paisaje lunar donde transcurren fulgentes escenas oníricas a fuerza de tres tintas. Un nuevo traje para la canción del emperador, sin duda, una nueva cara de Boris Vian y fabuloso estimulante para dar a conocer a este particular genio a los más jóvenes.

La edición del libro solo está disponible en francés. Los responsables de este álbum son los editores galos de Poisson Soluble, quienes tras conocer la edición original del proyecto (Mirjana había publicado una edición serigrafiada de 100 ejemplares de tirada) no dudaron en publicar una edición que pudiese llegar a más lectores y con ese propósito lo incluyeron en su catálogo.

Más Boris Vian y Mirjana Farkas en:

http://www.poissonsoluble.com/

http://www.ricochet-jeunes.org/livres/livre/47370-la-java-martienne-

http://www.mirjanafarkas.com/

piu_septiembre_la-java-martienne_3

La java martienne. Boris Vian; ilustraciones de Mirjana Farkas. Le Puy-en-Velay: L’atelier du Poisson soluble, 2012