23 May

Pegarse un tiro en una trinchera o morir de sobredosis en un hotel. La breve vida de Jacques Vaché

por Steven Forti

No se alistó voluntario como Ferdinand Bardamu, el alter ego de Ferdinand Céline, que se juntó a una tropa de soldados por las calles de París, dejando a medias un trago en un café. Tampoco se alistó voluntario como Curzio Malaparte, que escapó de la escuela de Prato y siguió a los garibaldinos que cruzaron de escondidas la frontera de Ventimiglia para luchar con el ejército galo, cuando Italia era todavía neutral. Jacques Vaché fue movilizado. Sin embargo, tampoco lo fue como Pierre Drieu La Rochelle, que, cuando estalló el conflicto, llevaba ya nueve meses vistiendo el uniforme en La Pépinière, tras haber fracasado en el examen para ingresar en la carrera diplomática. Leer más

23 May

El café

por Jean Murdock  @CgAjeanmurdock

El café

El café viene de Abisinia y de allí vino aquí y de aquí se fue para América, que es donde Colón creía que estaba la India. De ahí la expresión «hacer el indio», que viene a ser como cuando vas al súper a por pan y te vienes con de todo menos pan, lo cual es un oxímoron porque pan significa todo. Luego llegas a casa y ves que ya tenías lo que has comprado, pero no puedes comértelo porque no hay con qué hacerse un bocadillo, y eso porque has salido sin tomar café, que viene de Abisinia y de la cafetera. El café moliente viene molido, paradoja gramatical que viene a complementar la famosa frase de Cela de: «No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, como no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo». Pero lo mismo da molido que moliente, porque con café no duermes y te jodes. El café más caro del mundo lo caga la civeta de las palmeras, y nos lo bebemos (con soja, claro; podemos beber café cagado de un gato que vive en los árboles, pero, ¡alto!, no lo estropeemos con leche. Por cierto, que de ahí viene lo de: «Ponme un café bien cagado»; lo habrás oído miles de veces). Se llama kopi luwak. El café. La civeta se llama Paradoxurus hermaphroditus porque en su especie los ejemplares de ambos sexos presentan glándulas parecidas a testículos. No obstante, no es que haya civetas de ambos sexos en el sentido de con ambos sexos, más bien cada cual tiene el suyo. Todo esto se entiende mejor después de una taza o dos. (En el caso de Balzac, cincuenta.)