Cap. 17, Biblioteca Agustí Centelles; Ferdydurke
Y sí, tanto mapa y tanta nota, tanto Gombrowicz por aquí y Gombrowicz por allá, me condujo a Ferdydurke. Me sonaba vagamente el nombre de Witold Gombrowicz, pero no sabía nada de él. Confieso que me imaginaba al típico autor centroeuropeo herido por la guerra y el totalitarismo, autor de lectura sobria y referente moral, hasta que me topé con algunos datos biográficos que suscitaron mi interés. A Gombrowicz, la invasión nazi de Polonia le pilló en la Argentina, donde se pasó 20 años y 266 días (¡yo también acostumbro a sacar cálculos inútiles!). Asimismo, me entusiasmó que hubiera trabajado en un banco (¡como yo!), o que Ferdydurke se presentara como un alegato en contra de la edad adulta, periodo insulso y vacío en el que la vida formal se hace pasar por madurez (¡así lo sentía yo!). De modo que cuando empecé a leer Ferdydurke y descubrí que el protagonista se llamaba Pepe (¡como yo!), ya no podía estar más que convencido de encontrarme frente a un libro que me interpelaba personalmente. Leer más